Tan solo unas semanas haciendo bloque y alguna que otra escapada a las paredes de Morón de la Fra. han bastado para que de nuevo coja obsesión por ella.
Ahora los ratos libres los paso con las manos manchadas de magnesio.
Y los días pensado en ese paso que me tiene bloqueado.
A llegado la escalada y con ella la adrenalina, los sudores, el vértigo, la moto, los dolores de antebrazo y sobre todo la satisfacción, esa que solo cuando acabas la vía y pasas la cuerda por la reunión recorre tu cuerpo.
Comienza un gran año, con 12 meses, para cargarlos de esas emociones y acompañado de unos personajes que da gusto escalar.
Nos vemos en la pared....